Dentro de nosotros mismos, en lo más profundo, existe el conocimiento acerca de quién somos. Sabemos, aunque sea sin darnos cuenta, que tenemos un potencial, algo que todavía no hemos llevado a cabo. Sin embargo, es difícil encontrarlo si no paramos de alguna manera. Una forma de hacerlo es a través de la meditación.
Todo ser humano tiene dentro de sí un potencial que debe desarrollar. Cuando este potencial no se lleva a cabo, la energía que le acompaña queda reprimida, ahogándonos sin que podamos remediarlo. En nuestra parte más profunda yace aquella parte nuestra real que está esperando a ser descubierta. Es aquella parte que nos habla de lo que podemos llegar a ser o a hacer, pero a la que no nos atrevemos a escuchar.